viernes, 8 de abril de 2011

a la muerte,

Remansos de paz
en tempestades acerosas
que no tienen conciencia de sus movimientos
barquitos de papel que mueren en las lenguas de tus ríos
sombríos caminos,
ásperas cortezas de la vida
que tiñen de azul cada esquina de mi casa
cansado....
como el león que siempre ha de estar 
con el diente en ristre
cansado de esperar las luces 
de verde que me demuestren 
y me digan gentilmente
“pase”
no hay remansos de paz,
ni barcos de papel,
no hay caminos pedregosos,
ni casas por releer.
Ni leones valerosos
ni ordenes que obedecer
No hay nada 
porque todo esta ocupado 
olvidándose del ayer.
Mañana será otro día
otro día para recordar
otro día sin amanecer

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